“Coimas” encubiertas, tentación para los abogados ambientalistas
UNO YA FUE ATRAPADO POR “EL LADO OSCURO DE LA FUERZA”…
Por América Lanzzini
Un terreno pantanoso transitan los abogados ambientalistas y así lo demostró el Premio Nacional de Medio Ambiente 2003, Fernando Dougnac, quien sucumbió a la tentación.
Corren grandes cantidades de dinero cuando una minera decide sacar del camino a las personas que impiden que su empresa siga operando y envenenando a los habitantes de Chile.
Hasta la llegada de los Luksic, la vida de los habitantes de El Mauro y Caimanes, en la Región de Coquimbo, era como la de esos pueblos chilenos donde se cultiva la tierra, se cría animales y se disfruta los regalos de la naturaleza. Los niños y los jóvenes se bañaban en el estero Pupío y los ancianos recordaban que en épocas precolombinas El Mauro era un lugar sagrado.
Hoy, con el apoyo del abogado Fernando Dougnac, ese estero y esa tierra sagrada se han convertido en el depósito de relaves tóxicos más grandes de América Latina y el tercero más grande en el mundo, contaminando para siempre el agua y la tierra. Y según se consigna en https://ciperchile.cl, en el lugar se llevó a cabo el robo de patrimonio más grande de la historia de Chile, con la pérdida de piezas arqueológicas invaluables…
Agua contaminada con metales pesados
En un reportaje de Le Monde Diplomatique, el fotógrafo, escritor e investigador de Arqueoastronomía Patricio Bustamante Díaz, relata que “la minera, el abogado Fernando Dougnac y el dueño del Fundo Tipay, llegaron a un avenimiento, a cambio de 25 millones de dólares, con lo cual la minera podía seguir con su tranque, pero de esto sólo se beneficiaron económicamente el abogado, el dueño del fundo, los dirigentes del pueblo que firmaron el avenimiento y sus familiares”. El resto de los habitantes del lugar, más de 1.800 personas, quedaron en la indefensión absoluta: su vida y su salud corren tremendos riesgos…
-Fue una asociación ilícita, consumada y con grandes beneficios económicos para los actores –asegura Bustamante-, porque el resto del pueblo, los afectados, no recibieron nada, y hoy sus nuevos abogados y su dirigente, son perseguidos por defenderlos. En un país “donde las instituciones funcionan”, jamás se habría aprobado el proyecto de la minera, las dos mil personas del pueblo de Caimanes seguirían haciendo su vida normalmente, no estarían bebiendo agua contaminada con metales pesados, no tendrían el peligro constante de derrumbe sobre sus cabezas de 2.700 millones de toneladas de desechos tóxicos y los 15.000 habitantes de Los Vilos no estarían en peligro de correr la misma suerte.
Según testimonió de la presidenta de la Junta de Vecinos número 4 de Caimanes, Mirella Ardiles, Minera Los Pelambres entregó a Víctor Ugarte, dueño del fundo Tipay, 23 millones de dólares, de los que Dougnac recibió 3 millones de dólares y los dirigentes 5 millones para que ellos y sus familias, unas 160 personas, se pudieran ir del pueblo, “dejando a más de 1.800 personas a merced de la contaminación del agua y la pérdida de su patrimonio, porque hoy sus terrenos no valen nada y corren el peligro de derrumbe del tranque, que podría matarlos a todos”.
-Ni yo ni nadie, creo, está contra la minería, contra el progreso y contra la economía per se –puntualiza Patricio Bustamante-, pero, exigimos que cualquier actividad que se realice, sea bajo el estricto respeto a la ley, al patrimonio natural, al patrimonio cultural y a las personas. Pensando en el bien común, no en el beneficio del 1% de la población haciendo pagar el costo a los más humildes. Si autoridades, políticos, profesionales, actuaran como la gente de Caimanes, con dignidad y exigiendo se respete la ley y se priorice el bien común, Chile sería un paraíso.
Alta traición
- El abogado Fernando Dougnac, premio nacional de Medio Ambiente 2003 –enfatiza Bustamante- al negociar a espaldas de sus clientes por lo cual obtuvo una ganancia de 3 millones de dólares, no solo cometió un acto anti ético para su profesión, sino que traicionó a todo el movimiento ambiental chileno. En el aspecto técnico, Dougnac que es sin duda un gran abogado, con este fallo notable pudo cambiar la historia ambiental de Chile, pero, en el momento crucial, fue tentado por el “lado oscuro de la fuerza” y profundizó aún más la desgracia de sus clientes y la de todos los pueblos de Chile, que han sufrido agravios similares a partir de esa fecha.
En agosto pasado, la minera ofreció canchas de fútbol y otros “embelecos” a los habitantes de Caimanes, sin embargo, la comunidad en masa no cayó en el juego.
-Rechazamos categóricamente y en una sola voz todos esos proyectos –relata Álvaro Badillo, secretario del Comité de Defensa de Caimanes-, porque no se acercan en nada a nuestras reales problemáticas: la escases y calidad del agua que consumimos, el incumplimiento de los compromisos medioambientales, los desastres arqueológicos, soportar a cientos de personas como población flotante y todo los abusos que desde un principio se han sucedido. Hoy la comunidad ha tenido que acudir a tribunales de justicia civil en busca de apoyo, dado que las autoridades estatales no han realizado un trabajo riguroso para la protección de nuestros intereses como ciudadanos de nuestro Chile.
Badillo agrega que “además, creemos firmemente que lo único que busca minera Los Pelambres es tapar con sucias prácticas y compra de voluntades por medio de estos proyectos, que solo buscan sumar en forma desesperada una buena imagen ante la autoridad estatal para decir que están cumpliendo”.
En resumen, el pueblo Caimanes no se rinde. Desgraciadamente los medios de comunicación masiva no les dan ni boleto. Sin duda, también transitan por el lado oscuro de la fuerza…